Los cuadernos de Truman

Entró al bar puteando. Se sentó en la mesa de siempre. Esa que da sobre Santiago del Estero. Tiró el diario. Apoyó los codos, se agarró la cabeza y se le escuchó un gordo y la puta que te parió. Me la hiciste de vuelta. - ¿Qué te pasa Orlando? – preguntó el mozo. - Y qué va a pasar… ¿Sabés que me hizo el gordo ahora? Me puso en la sección de economía. - ¿Y? ¿Cuál es el problema? - Que yo cuento hasta 25. Gallego, si no sé ni las tablas de multiplicar. Necesito la calculadora hasta para una cuenta simple. Y no me vas a dar una científica porque no sé ni cómo se prende. Orlando Gomenzoro era el nuevo jefe de redacción de la sección de economía del diario. Era también el subdirector, el redactor, el cadete, el maestranza. Era todo y mucho más porque el presupuesto daba para una persona. Y me quiere hacer tragar el cuento del puesto jerárquico –protestaba-. Gallego, traeme lo de siempre, un cortado y una salada de grasa. Abrió el bolso. Sacó el cuaderno y una birome azul tr